Felipe eligió San Baudelio de Berlanga, de Gerardo Diego
-Que no. -Sí; madre, que sí.
Que yo los vi.
Cuatro elefantes
a la sombra de una palma;
los elefantes, gigantes.
-¿Y la palma? -Pequeñita.
-¿Y qué más?
¿Un quiosco de malaquita?
-Y una ermita.
-Una patraña
tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña
con ovejas trashumantes.
-No. Más bien una mezquita
tan chiquita.
La palma
me llevó el alma.
-Fue sólo un sueño, hijo mío.
-Que no, que estaban allí,
yo los vi,
los elefantes.
Ya no están y estaban antes.
(Y se los llevó un judío
perfil de maravedí)
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